AXELBEACH MASPALOMAS APARTMENTS & LOUNGE CLUB SE ATREVE CON ARTE
Pasión por la piel, de Lilian Campo
El cuerpo expresa siempre el espíritu del que es envoltura.

Pero los tiempos han cambiado y hoy podemos contemplar en cualquier Museo o Galería de arte los dominios de la atracción: criaturas deseosas, escenas orgiásticas, la exaltación del desnudo con total libertad.
Como la pintura de Lilian Campo, una obra de tendencia hiperrrealista que habita en el reino del erotismo, que explora en cuerpos masculinos llenos de poder, de resistencia. En cuerpos femeninos provocadores: metáforas de la realidad que la artista modela con las tonalidades de la tierra y del mar. Y que se presentó el
viernes, día 16 en el Hotel AxelBeach de Avda Tirajana, Playa del Inglés, gracias a su directora Cristina Cañas y al curador-comisario Diego Casimiro.
Presentamos cuerpos que cohabitan en la cercanía, en la proximidad de los amantes, quizás de un beso a punto de llegar o del abrazo. Una composición que recuerda la técnica de Rodin y que ella resuelve con la fuerza del deseo, la intimidad afectiva de la carne. La carne que renace, el movimiento que semeja el estado de goce. El despertar del cuerpo con el “otro”, como los encuentros de dos figuras desnudas en un primer plano ante un fondo neutro que permite resaltar tanto la belleza como el éxtasis, la belleza vibrante y sensual. La presencia, la cercanía, el gesto de la pasión.

Aunque en sus comienzos los trabajos de Lilian Campo son en carboncillo, sanguina y pastel, ahora se decanta por la técnica del óleo sobre lienzo, por unos trazados, que como ella dice, acompaña de “chorretones” para romper con la rutina. Una pintura que posee la magia misteriosa del cuerpo, de presencias expuestas a curvas, de hombres escultóricos y mujeres sensuales atrapadas en una pasión irrefrenable. Los misterios del deseo. Desnudos que ejecutan posturas de regocijo, la percepción del amor donde coexiste la ternura y la belleza, donde el acto de mirar equivale a un encuentro.
Nos encontramos con cuerpos que se alejan de aquella tradición que concebía al ser puro y virginal. Nos encontramos ante una pintora que como decía Paul Auster en Sunset Park: Quiere que sus cuerpos humanos transmitan la extraña milagrosa sensación de estar vivos.
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