Pasión por la piel, de Lilian Campo Rosario Valcárcel El cuerpo expresa siempre el espíritu del que es envoltura. Recuerdo que, cuando yo estudiaba Bachiller, mis amigos y yo mirábamos los desnudos de mujeres, “La maja desnuda”, las Venus o las Ledas. Observábamos las representaciones idealizadas de desnudos masculinos, que aparecían en los libros de dibujo, a escondidas, porque temíamos que las llamas del infierno nos alcanzara. La moral y el pudor unido a la herencia judia del Cristianismo hizo estragos en estos temas, por lo que muchos de los artistas plásticos tuvieron que manejar un repertorio de símbolos, mitos y alegorías para plasmar el cuerpo, la desnudez y el sexo. Pero los tiempos han cambiado y hoy podemos contemplar en cualquier Museo o Galería de arte los dominios de la atracción: criaturas deseosas, escenas orgiásticas, la exaltación del desnudo con total libertad. Como la pintura de Lilian Campo, una obra de tendencia hiperrrealista que habita en el re...